En manos de nadie...

Los Madoff que vienen

Bernard Madoff, la cabeza pensante de la mayor estafa del siglo XXI.|AFP

Pablo Pardo

12 de marzo de 2009.- "De judío a judío, tengo que decirte que lamento que toda la familia Sorkin no pereciera en los campos de concentración nazis". Desde luego, con semejantes mensajes, nadie le puede negar valor a Ira Sorkin, el abogado de Bernie Madoff. Aunque sus esfuerzos para lograr una reducción de condena parecen baldíos.

El "bono judío", Bernard Madoff, que ha perpetrado el mayor fraude de la Historia de Wall Street (64.000 millones de dólares, o 50.000 millones de euros). Un triste final para Madoff. Y también para Sorkin, entre cuyos defendidos ha estado "el príncipe de Marbella", un viejo conocido de los lectores de EL MUNDO: el traficante de armas sirio Monzer Al-Kassar, que el 20 de noviembre fue condenado a 30 años de cárcel en EEUU.

Cada crisis tiene sus escándalos. Cuando las cosas se ponen mal, los negocios fraudulentos o con bases muy débiles se vienen abajo. Las puntocom trajeron Enron, WorldCom, Adelphia, Global Crossing y Tyco. La recesión de los 90 los escándalos de las "saving and loans" de Estados Unidos y a Michael Milken… y así hasta el Pánico de 1873, desatado cuando suspendió pagos la empresa ferroviaria Union Pacific (sí, la misma que la de las películas), que pertenecía al hombre que había salvado las finanzas del Norte durante la Guerra Civil de EEUU, Jay Cooke.

Esta crisis es más larga y más dura que las anteriores. Así que el fraude de Madoff ha sido mayor. Dado que la crisis va para largo (EEUU y la UE no se ponen de acuerdo en nada, a falta de dos semanas para la cumbre del G20 de Londres), es seguro que nos espera más crisis y más fraudes. Si no, que se lo digan a los habitantes de la ciudad desde la que estoy escribiendo este post, Phoenix, en Arizona, en la que el precio de la vivienda ha descendido un 50% desde 2007. Hoyu, Phoenix es una cascada de casas embargadas. Y eso no va a cambiar. Aunque Madoff se rinda, la crisis sigue imparable.

fuente: www.elmundo.es